ninfadora
SIN TREGUA
Hoy voy a marcar la línea de tu piel forjada en bronce
Con la envergadura de mis manos tibias serenas de sol,
De extremo a extremo el mapa de tu cuerpo
Con el perfume de mi aliento locamente arrebatado.
Quiero recorrer sin tregua el infinito de tu hechura
Adueñarme sin piedad de tu sueño y tu lujuria,
Penetrar tu piel, deslizándome implacable por tu ser
Dejar la huella de mis manos que destrozan tu silencio.
No habrá descanso, no habrá sosiego
En cada aliento en cada beso,
Entre las sabanas del día y las alas de la tarde
Serás mío, absolutamente mío
E implacablemente mío.
Quiero vivir el orgasmo penetrante de tu cuerpo
Con la guerra desmedida del volcán de tu placer,
Fundirme lentamente en el metal de tu virilidad perfecta,
Alimentarme salvaje de la ambrosia enajenante de tus besos.
Ya no hay nada que detenga mi delirio loco
Solo hay fuego, gemidos y locura a braza lenta,
Tan lenta como el calor del sol, del día que nos custodia.
Ya no conozco la cordura, ni temo ala demencia
Si una vez más te tengo dentro sin diferencia de sexo,
Con el alma y la vida tan fuertes, tan hilarantes,
Tan al desnudo
Tan locamente al desnudo,
Que mis manos ya son dueñas de todo lo que eres
De todo lo que te conforma
Desde la gruesa línea de tu pelvis,
Hasta la angosta lluvia de tu beso
Que somos dos amates locos,
Que viven el orgasmo socavarte y sin cordura;
Sin paz, sin guerra
Y sin tregua alguna.