Las ventanas
son las miradas
fijas
congeladas
de los muertos.
Me uno al estío
ahí
de los silencios contenidos
en las campanas
altas.
Puedo fijarme en los linderos
donde Dios
es noche invertebrada
camino y solo camino
luz.
Puedo ver que el tiempo
paraliza los ecos
de los recién nacidos
que caen
al suelo
y luego se hacen magnolias.
Caigo yo también
pero no paso.
Las ventanas
son los ojos
de los muertos:
mis ojos
velan
ahí.