Qué frío hay esta mañana
ni los guantes calientan así mis manos
ni la bufanda
prendida a mi garganta
aviva un poco de calor y me sosiega…,
cómo estarás tú amor -sin mis caricias-
esta mañana en que cala
este maldito invierno
(los dedos se me entumen)
y las ganas de ir a verte se me agrandan…,
eres la añoranza en este frío de la mañana
¿no sé…? Sólo quizás por la tarde
estará mi sombra esperándote
y
por la noche nuestros besos
serán cobijo
para aguantar el invierno.