Dadme fuerza,dadme valor,
¡Oh vosotros, eternamente hermosos amigos!
Dadme de ese cielo del contentamiento,
Dadme de esa libertad sin fin
De ese pisar del polvo diario del camino.
Que no me flaqueén las fuerzas,
Para llegar a vosotros plácido,feliz.
Y en la corriente turbulenta del momento presente...]
¡En la perturbación desconcertante de la pena!
Hay una valentía incansable en el corazón principesco de todos vosotros]
Adorables y encantadores/as;[amigos]
Aunque me hieran los dardos de la vida providencial,
colman mi vida efímera con la melodía de la eternidad,
me ofreceis con gracia sencilla tu lecho de rosas y espinas...]
En la gracia que me dais con vuestro apoyo de amistad pura.
Vaya esta oda para todos vosotros. Los allegados,
Los que no hay que nombrar para llegar a vosotros,
Pues con decir mis amigos ya estais ahí prestos,
Eso es más que suficiente y con vuestro saludo,
Lo adornais con perlas que atesoro en mi corazón.
Siempre vuestro,
Jesús.