P. A.Y
El destino escribió con lágrimas nuestro encuentro,
como la rosa que engalana el jardín,
así estaba escrito tu corazoncito para mí.
El destino escribió con besos nuestras noches,
como el poeta nació para enamorar,
así estaba destinada tu boca para mis labios.
El destino escribió con fuego nuestras miradas,
como la luna se guardó para la noche,
así estaba destinado mi deseo para tu piel.
El destino escribió con paciencia nuestro amor,
como las gotas de lluvia fueron llenando los mares,
así nuestros caminos se fueron formando con los años,
sin saberlo, sin pensarlo, sin imaginarlo,
ahí estábamos como desconocidos
hasta que el destino nos junto a los dos.