Es noche... La gente camina deprisa...
Las aves a sus nidos regresaron...
Y se escucha una que otra risa...
Gran estruendo como grito de cañón...
Mi mano sangra... Mis pies...
No siento... ¡No siento!...
Escucho voces... Y de pronto ríes...
Mi madre... Lo siento, ¡lo siento!...
Tranquilidad, tranquilidad...
Silencio absoluto...
¡Le temo a la serenidad!...
A pasado... ¿Cuanto tiempo?...
Te miro... Lloras, lloras...
Abro los ojos... y tan solo despierto...
Carlos R. Barrera