Mujer eres un pecado para el hombre,
te posas junto a un árbol,
mostrando tus rojos labios,
mordiendo la manzana de lo prohibido,
junto al vaivén de tu cabello,
silueta dulce marca la dirección del escondite,
donde esperas acostada con tres hojas felices,
hechas para el deseo de soltarlas,
miras mis ojos para quedar paralitico,
abusas de la palidez de verte desnuda,
asomas por detrás como si nada
y acaricias un cuerpo erecto.
donde parapléjico agarras mi mano,
como si fuera una brújula para no perderse,
enseñándome el camino de tu sombra,
emanas éxtasis por ser una nube rosando tu cuerpo,
por dentro ardo, y tu enciendes mas el fuego para quemarnos,
acurrucados llega el amanecer,
la luz penetra nuestras almas agitadas,
y al ver como fuimos de dulces como un panal de miel,
el pecado se fue para despertar en un edén.