MODESTOELPOETA1953

MIS TAZAS DE CAFE Y SU DIVINO AROMA



Mi garganta vive embrujada,



Por el aroma del buen café



Me tomo, unos ocho al día



Y de ahí nace, mi inmaculada fe    



Por este liquido y su delicia…



 



Miro la taza, de ella sale su aroma



Y me la llevo a la comisura de la boca,



La inclino y bebo la divina droga,



Que dicen que es el café y su aroma



Para mí el mejor elixir y  para mi boca…



 



Vivo tres años jubilado, por enfermedad



De parkinsonismo y atrofia muscular



Mi placer sexual se marcho a la eternidad,



Las tazas de café, son mi ánimo particular…



 



Me deje el tabaco en el año dos mil cuatro



Y solo bebo agua, leche y mis ricos cafés



Y quizás me pase, porque tomo a destajo,



Pero me sube el ánimo, cuando pierdo la fe…



 



Depresiones inmensas que atormentan mi vida,



Amargado por la falta, de miles de caricias



Y escribo sin cesar del pasado, quizás sea mi salida



Y sin mis tazas de café quizás viviría, solo angustias…



 



  ¡Miro la taza
calentita y me la llevó hacia la boca y al tragar el divino café, me siento en
la gloria!



  ¡Solo me queda esta sutil y negra droga, el
aroma de mis cafés y esperar, a lo que “Dios” disponga!



 






 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 





Modesto Ruiz Martínez / viernes, 10
de diciembre de 2010