El arte está en el aire
y roza nuestras bocas…
¡Ah mi bella niña!
voy a contarte secretos:
Hace un tiempo,
o mucho tiempo,
y cada día
que ya no deseo escribir
o tal vez simplemente
no hay nada para decir
o ya fue dicho todo,
las dudas asolan
y el viento entristece
las tardes de gran sol
y sus sombras
de grises paredes,
entonces fui a buscar algo
que represente
el sentimiento ese
y recordé la despedida
y ese pañuelo que se agita
en la mano del olvido,
son circunstancias,
momentos
o sueños incumplidos,
queman las respuestas
y culminan
en recuerdos y en cenizas.
Y yo aún estoy aquí sumido
en lo nada nuevo
y en todo lo viejo ya dicho,
allí queda difuminado el destino
en el desgano
la nostálgica agonía,
entre corchetes
la vorágine de la realidad
y el tiempo que nos consume:
[todo lo vivido]
entre rosas, espinas
y colchones.
¿Serán éstas
tan efímeras sensaciones
que no pueden ser sostenidas
ni siquiera
por una sola letra?
Se que volverán las palabras
cuando el viento se calme
y los amores bajen del cielo,
tal vez me falte
ese cuerpo de gaviota
volando la imaginación
dejando una huella
de cintura fresca,
latente...
en mis renglones,
dibujando circuitos
desde sus ojos hasta sus piernas.
¡Aromas!
Como bien dices seré prudente
mi niña querida,
porque de labios y besos
he muerto demasiadas veces.
Pero ya ves
aquí estoy de nuevo
reordenando mis papeles…