Dominatorque

El poema sobre el fuego

 

 

 

 

No habrá hueco yermo de besos ,

que tu faz proclive deje insaciado en mis labios.

No nacerá la palabra o silencio que te defina,

sobrepasado el dios de la lógica,

el manual incompleto de cualquier vida.

 

No existirá corazón alguno entre mis manos

métrico o limitado,

ni cárcel de costillas que impida mi agonía

en la constante ola que me impresiona

en la supuesta orilla, donde todo comienza y termina

 

Necesitaría manos palmípedas

que desaprovechasen menos piel en la caricia,

preferiría horas de más minutos,

milímetros cúbicos , levedades microscópicas

para hallar sobre tu universo corpóreo

la historia completa de mi destino.

 

Pensaste que solo te besaba

pero bebía del hálito insano de tu sangre.

Creíste, que mi mano estaba desnuda

y en realidad se vestía de tu cuerpo,

se quemaba... como el poema sobre el fuego.