Llegó ese momento por los dos esperado
Entregarnos en cuerpo, porque en alma,
Ya lo logramos…!
El silencio se adueña de tu boca y la mía,
Es el beso profundo de la dulce agonía,
Tu cuerpo en mi cuerpo y mi cuerpo en el tuyo,
Vibran nuestros seres haciéndose uno.
Con maravillosa energía busco lo sublime,
El cielo se abre y encuentro el camino
Hacia el infinito, la gloria, la vida
Se funde la sangre al sentirte mía,
Tus brazos me atrapan en el vuelo eterno,
Instantes de olvidos, de simientes fecundas
En tu reino dejados, por ti recibidos,
Lazos de la creación donde reside Dios,
A al amor en cuerpo y alma lo hemos vivido,
Y uno en brazos de otro quedamos dormidos…
Raul Enrique Perdiguero Samaja (Raen)