Giamalyn

MALDITO SILENCIO (dedicado a FAETÓN)

Perverso silencio que me hablaste de amor

en el más enfermo desamor

te enmascaraste de compasión

-para con todo, nada-.

 

Cobarde silencio que mejor me hubieras apuñalado las retinas

antes que dejarme observar los movimientos

fríamente calculados de la vecina partida.

 

Réprobo silencio que por primera vez

no desenvenenas la inocencia de mis primaveras,

sino que en la ausencia de una genuina quietud

te disfrazas de compañera ante lo que efectivamente, desespera.

 

Detestable silencio restregándome la homicida verdad

en las pestañas del estómago que se me sale de lugar

mientras ahorcas mi amor hacia “qué sé yo”

si ya no pesa una pulgada.

 

Execrable silencio, la grandeza de la noche fue infundida

por la oscuridad de tu bandido corazón

para atrapar su color,

dando espacio para asumir los inventos que expele

tu incógnita razón. 

 

Condenado silencio, trajiste en tu canasta

la sentencia a muerte que te hace a un lado de mí

porque con solo existir me induces a gemir.

 

Maldito silencio el que suscitas en las letras

del adorado poeta que solamente le aficiona exclamar

lo que en el fondo su alma no ansía ahogar

porque cerraste un par de ojos, pero no por siempre jamás.

 

…me cortan el aire, no te vas del todo,

y ya te empiezo a extrañar.