Gustavo Adolfo Bécquer:
¡Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía!
Cuando la noche sea día,
el fuego frío y el hielo hirviente,
la honraded soberana y sirviente la tiranía
seguiré haciendo poesía.
Cuando sea helada la bravura
y apasionada la frialdad,
cuando amanezca día a día y sea noche todavía
seguiré haciendo poesía.
Cuando la mar sea dulce
y no sea amarga la amargura,
sea salada la dulzura y mi vida fría
seguiré haciendo poesía.
Cuando los sauces no lloren
y la libertad sea mía,
cuando la tinta de mi pluma se seque...
no teman, hasta con mi propia sangre escribiré
y seguiré, hasta el fin,
haciendo poesía.