¿Qué... por qué te quiero...?
Porque llegaste a mi noche oscura
con tu mirada blanca,
y recogiste mi dolor callado
en tus serenas manos.
Porque encendiste con tu amor intenso
la consumida flama
que agonizaba palpitante y triste
en mis pupilas claras.
Porque en mi cáliz de amargura inmenza
bebiste con dulzura,
y en la escéptica sombra de mi vida
pintaste una alborada.
Porque el destino nos unió en la vida
como una sombra vaga,
que desde antes de nacer se enlaza
y brilla en la mirada.
Porque hoy soñamos juntos,
y vivimos de misteriosa savia,
que nace en lo profundo de anhelo
y sube a nuestras almas.
Porque vestimos el amor en luces
de sueños y palabras,
y vivimos esperando ansiosos,
la realidad soñada.
Porque amamos desde antes nuestro nido,
y lo sentimos blando;
y se dan sin reservas nuestras almas,
para lograr formarlo.
Por éso te quiero... con amor de siglos,
nacido del arcano en la distancia.
y siempre he de quererte como ahora
con claridad de lucecillas blancas.
Porque sólo Dios habría podido,
con su bondad sagrada,
darle a mi vida la pureza intacta,
que tú le has dado.