Violines para una tumba
Mi mundo cambiaba sin control
Mi mente se perdía en la neblina feroz
Escuchaba llamados desde lo lejos de una puerta
Mis sentidos víctimas de cansancio
Cedían ante la presión de un cuerpo que había perdido su razón
Mi alma desconcertada entre árida arena blanca caminaba
Buscaba un corazón que había dejado de palpitar…
Voces, voces, voces, voces…
Solo voces escuchaba
De mis cuatro paredes, murmullos rebosaban
Todo era oscuro y eso me aterraba
Recuerdo el haber estado caminando
Deseando ser liberado, como un pájaro enjaulado
Recuerdo la luz caer sobre mi rostro, tan cálido…
Luego una oración me ungía mi cuerpo desnudo
Un sonido extraño se hizo presente, como si anunciara el final de algo…
Se prolongo y el caer de una lagrima lo opaco
Podía escuchar…
Escuchaba lágrimas caer
Eran pesadas y cansadas
Como si fuesen obligadas a morir…
Mi cuerpo pesaba
Mi mente más turbada se encontraba
La arena blanca de mis sueños, ante la luz, se volvían llamas
La neblina comenzó a formarse más espesa
Y en el eco de ese infierno, el sonido del cerrar de una reja se oyó
Reinaba la oscuridad
Mi pecho agitado buscaba desesperadamente mantenerme con vida
Y mis manos buscaban una salida de una pesadilla que se tornaba realidad
Cuatro paredes me aplastaban en un abismo, donde mi alma seria reclamada
Mientras ellos sus instrumentos tocaban
Con una sonrisa abismal en sus rostros
La melodía crece enmudeciendo el acto atroz
El sol desaparecía, La noche reinaba
Y entre sus sombras, los diablos danzaban
Sobre la tumba de algún hombre que aun respiraba…