Mirad dulce, caminar sereno,
palabras tiernas de regocijo,
son el fin de este camino,
que sin duda en el esta el Hijo.
Pues mis sufrimientos, pruebas son,
para recordarme un gran dolor,
que fue soportado solo por Amor,
pues por eso, es suyo mi corazón.
Para servirte como tu lo quieras,
pues has sido hasta hoy mi guía,
mostrándome diferentes tierras.
Luces de noche, oscuridad de día,
pero eres Luz en las tinieblas
y verdad... Entre mentiras...
Carlos R. Barrera