Jhon Deivy Torres Vidal

TEOREMA GÓTICO

En esta noche hermosamente oscura

hecha de los astros de tus ojos

y de las sombras audaces de tu sexo,

arranco del abismo mi alma impura

Que ha hecho de tu sangre abrevadero.

 

Mi alma, rojísima y sedienta,

succiona los fluidos que circulan

por todos los recodos de tu cuerpo

y por tus ciegos alvéolos más profundos.

Mi alma, tramontana y vampirezca,

con góticos temblores te desnuda

para clavar sus incisivos dientes.

Ha libado el milagro que te inunda:

¡tu sangre pura y no el de tus venas!

 

Mi alma que chirría entre las cuerdas

de los vientos cercanos y certeros 

fija su boca cansina entre tu pecho

O en la sinuosa fiebre de tus muslos.

Mi sedienta alma que te cerca

arranca sin cautelas y rodeos

las inútiles ropas que te encubren.

Mi alma no te extiende en algún lecho...

te toma de improviso y muerde en fiebre,

con compacta fruición, tu ardiente cuello.

 

Y es río tu sangre caudalosa

que avanza febril por tus selvas íntimas,

¡Es río rutilante de aguas rojas

que arrastra el tibio polen de tu entrega!

Es río puro en el que gira

un torbellino gótico de fuego;

es un río que viaja en tus arterias

y que en parte -sin tú quererlo ni saberlo-

desemboca en mi sedienta alma vampira.