Jerusalém la bella, en mis nacimientos de barro
Estuviste presente en mis años de infancia,
Rezaba para conocer un día tu mítica esencia,
Una ilusión que se acrecentaba cada año.
Soy afortunada, una invitación llegó a mis manos
Ansiosa viajé a tan bello y santo lugar lejano,
La ciudad amurallada conquistó mis ojos y corazón
Esperanza, luz y vida desee a toda esa Nación
Mi sueño se cumplió, vibró mi alma al sentir que Jesús allí existió.