No te engañes más amor mío,
aún tus palabras más lindas,
aunque hayan salido de tu corazón,
sólo fueron promesas vacías.
Tantas cosas me decías!
Y los dos nos las creímos,
al final fueron mentiras
blancas, de dos niños.
Pero querer como te quiero
no quise a nadie jamás,
si me amás tanto, vida mía,
¿puedo confiar que volverás?
Porque yo ya me estoy yendo
y no veo que vengas a buscarme,
no se escuchan tus te quiero
ni a tus pasos alcanzarme.
Sólo lo aceptás cabizbajo
y esperás a que yo cambie
cuando quisiera verte luchando
por todo lo que juraste.
Si tanto me jugué por nosotros!
Tanto sacrifiqué por los dos!
pero parece que si yo no me pongo,
nada te corresponde a vos.
Y lo intento, una y mil veces!
y ahí estás, tan solo, pasivo,
diciéndome cosas bonitas
que me salen por el otro oído.
Nene, si supieras cuánto!!
si supieras cómo! si supieras qué!
yo me muero cada noche pensándote
y perdiendo poco a poco la fe.
Entonces mientras aún resuenan
tus palabras lindas en mi corazón,
me lo corto de un tajo certero
y lo guardo triste en algún cajón.
Para poder seguir adelante,
a salvo de tu estancamiento,
mientras susurras promesas vacías
esperando un arrepentimiento.
Pero ya vez, hay un hueco vacío
donde antes estaba mi pecho,
y ni siquiera lo reclamás!
aunque tendrías el derecho!
Así que adiós, verdugo de mis sueños,
de mis amores, principio y fin,
si me amaras como me decías
¿realmente me dejarías ir?