Mis huellas de dolor fuí dejando,
a medida que me fuí alejando,
tu recuerdo llevar no quise,
porque tenía que olvidarte,
pero no pude dejar de pensarte,
ni un momento...ni un instante,
entre más trataba de olvidarte,
más sentía que te iba amando.
Puesta mi mirada
en el firmamento,
a los astros les imploraba,
qué es lo que tengo
que hacer para olvidarle...
La negra noche enmudeció,
sin musitar palabra,
un silencio mortal, traspasó mi alma
dejándome sin habla,
mis labios, se sellaron para siempre.
Me sentí tan sola y abandonada,
sin el brillo de tu mirada,
y sin tus manos cálidas
que me acariciaran.
Ya no sentí más el olor a rosas,
esas que permanecian perfumadas,
las que cada mañana,
en nuestra habitación colocabas.
Ya no senti, ni tu voz...
ni tu risa...ni nada.
Como sombra errante
triste y acongojada,
busqué inutilmente tu amor,
pero de el nada me quedaba,
busqué unos brazos
donde refugiarme,
pero no era tu calor
y lloré desconsolada.
A donde estás cariño,
que te perdiste en la nada,
sólo veo las sombras taciturnas,
que envuelven a mi alma
quitándome la calma.
Llega y pasa la alborada,
los días y sus noches,
el sol, con sus destellos
no columbra,
la luna, con sus pilatunas,
no me alumbra,
mi mente está perdida...desorientada,
como barca a la deriva
y yo nada que te encuentro,
ya no se donde más buscarte,
buscándote se me va la vida...
He recorrido tantos caminos,
en algunos me he perdido
con mi tristeza a rastras,
ni te encuentro..ni logro olvidarte.
Vuelve para perdonarte,
no te heré reproches...
no tengas temor...
vuelve que es para amarte,
te estaré esperando en mi morada,
porque estoy de ti enamorada.
¡No quiero más amaneceres sin tu amor!
¡Vuelve amado mío...
vuelve pronto por favor!
Felina