Dosificado el viento de la tarde
y expuesto el pensamiento al tiempo inmóvil
me pongo a recordar cosas terribles
que en esta calma me parecen \"cuentos\".
Las cosas más agudas se disuelven
en el espacio libre del sosiego;
hoy miro en lontananza el bravo fuego
en que ardieron a expensas mis deseos;
hoy miro lejos, desde un plano extenso,
las horas duras que se disolvieron...
Aquel amor que breve impuso
su influjo de placer y de osadía,
y luego trituró sin escarmientos
todas mis ganas y mis versos tiernos,
hoy me parece un delicado vino
que fermentó en dulces desatinos.
¡Me sabe a añejo y a dulce acritud fría!