Hablando con el Dios, que a cada amor guía,
me dijo con cariño: la tendrás algún día.
Pero yo como infiel, a Dios no le creía,
y hoy me doy cuenta, de que Dios lo sabía.
Quisiera revelar este amor del siglo,
que empezó por mí y continuó contigo.
mientras más se esconde el amor, aumenta su precio,
así el amor nuestro creció en el silencio.
Así este amor grande que existe y no se nota,
puede herir bastante, pero es la mejor cosa.
Descubro mis heridas por este amor del siglo,
que comenzó por mí y continúo contigo.
Revelo este secreto de mi memoria triste,
porque tú dulcemente, o mi amor, creciste.
Me quemé sin dolor por este amor lento.
Ahora yo de veras lo estoy entendiendo.
Quiero contar de ti, de ese amor oculto,
que me dio alegría y me dio gran gusto.
Me siento un huérfano que saliendo a las calles,
con la ayuda del amor encontró a sus padres.
En el silencio inadvertido este amor perecía.
ni Dios te quita de mi , si tienes que ser mía.
El sentimiento tuyo por el mío se guía,
esto yo no lo supe, pero Dios lo sabía.
Así crecimos juntos igual que los rosales,
que crecen a la orilla de extraños canales.
Yo fui por mi gran suerte tu amor favorito,
y por cumplir tus sueños amé a tu sentido.
Para amar lo que amas nunca puede ser tarde,
no vale vivir la vida si no le sirve a nadie.
El futuro del amor es el futuro de nuestras mentes,
que nos dan esperanza de amar vidas siguientes.
Así yo te amaba, pero nunca sabría,
que tú a mi también así me amarías.
No muere la esperanza de un amor viviente,
si en realidad la ilusión de este amor depende.
Nunca será tarde para construir amores,
que usan las miradas en el sitio de las flores.
Yo sólo lo digo por este amor del siglo,
que empezó por mí y continuó contigo.
Yo canto feliz al tenerte a mi lado,
tú le diste valor a mi pequeño prado.
Te lo agradezco y ya he comenzado
a sembrar mi amor, en tu bello campo.
Veo cada sueño como va creciendo,
apreciando tu amor, mi amor lo entiendo.
Fuiste una extraña que tenías que ser mía.
Dios lo sabia,Dios lo sabia.
LEOM KOLMNELA