Regálame tu amor
lo necesito para poder vivir.
Tú eres para mí el aire
que día a día respiro.
No seas más agua
entre mis dedos,
fuego que me quema,
barca sin vela ni timón.
Sé el camino que conduce,
luna en noche clara,
arroyo en la cañada.
Sé mi alma sin dolor.
Sé la dueña de mis ansias,
de mis manos temblorosas,
de mis días y mis noches,
sé la dueña de mi voz.
Sé la lluvia en mi ventana,
la firma que faltaba,
la paz de mis mañanas,
sé mi taza de café.
© Armando Cano.