joaquin Méndez

El mendigo de mi pueblo

 

 

 

Guapa, guapa, guapaaaaaa.

El les gritaba, a las mujeres, cuando la veía, caminar.

Guapa, guapa, guapaaaaaa. Mientras lleva su botella, de cerveza, en un carrito cargada.

Guapa, guapa, guapaaaaaa.

  Ya…todas,  le sonreían, pues le toman, a broma todo lo que él decia.

A sido un hombre bueno, honrado, y trabajador, pero cogió  el mal camino, y le el alcohol, le cambio, su manera de vivir… su alma y su corazón.

Ahora,  va, con su botella.

En ella pone su fe, su cariño y su ilusión.  A ella le hace caricias, a ella, le entrega  su amor.

Le habla, y le dice piropos, pues la botella, es su amante, dice que no lo traiciona, lo mismo que lo traiciono la mujer que el amo,  de antes.

 La gente se ríen,  de él, ya,  no le tienen, respeto, no,  entienden su enfermedad, ni que, lo está, consumiendo.

Yo que siempre, lo entendí, me da pena, su actitud, y le digo a los de más.

 - No os riais de él,  que antes, fue, igual que  tú.

 Me dice, el que lo respeta, antes fue, un buen trabajador, y nadie puede entender que fue lo que lo cambió, para que sea como es.

Que mala… que mala… que eres  bebida.  

Eres veneno mortal, eres igual que las drogas, que te destrozan la vida, y ya un vuelves, atrás.

Baila,  en las fiestas, del pueblo, hace a la gente reír.

Guapa, guapa, guapaaaaaa.

se sigue escuchando, y las hace sonreír.

 Mientras él, con su botella…sí que se siente feliz.

Guapa, guapa, guapaaaaaa.

se sigue es cuchando.

 Por  por ay, por, allá,  y…por aquí.

 

Autor: Joaquín Méndez. Registrados, todos  los derechos

23/11/10