***La Doncella de Belén***
Mirada serena de largos silencios,
siendo una niña la vida te empuja
a ser mujer…
La llamada llega como un rayo
así de improviso…
Pide tu permiso…
Exige tu respuesta…
Y tú sin comprender…
Aun así das ese salto de fe…
Y sin hacer más preguntas
te abandonas en sus manos,
más no es un abandono enajenado.
Porque cuando Isabel te necesita
corres a su lado…
Pues tu fe es acción y movimiento,
es entrega, amor y sufrimiento…
Como una sombra de tristeza
mil sospechas caen sobre ti,
sospechas a tu honra…
Sospechas a tu fidelidad…
Pues en un “Agacé” entregaste
tu destino y empezaste el camino,
ese que se recorre en la obscuridad
de dudas y preguntas que espantan.
Y tú siendo solo una niña te llenaste de valor,
encendiendo la llama del amor…
Amor que ilumina el sendero de los
que caminan en fe aun sin entender los
laberintos del destino…
En un “Agacé”…
¡Te jugaste la vida!
Más en ningún momento hizo
aposento en ti la cobardía,
porque en ese “Agacé” le dijiste
¡Si a la vida!
¡Si a ese nuevo ser!
El mismo que cambio el rumbo
de la historia en una noche de Belén.