Los instantes más sensibles
son los que se escabullen o se esconden,
se refugian como el gato tras de algún sillón
o el sol atrás de alguna nube.
El amor no es un instante
es un todo compuesto de palabras,
es una mirada distante
quizás un tanto lejana,
el amor es una lágrima, que corre,
se escabulle
hasta tocar el alma.