Y llega el momento
en que es inevitable
no darse cuenta que
el sol ya aparecio.
Y al inhalar la frescura
me ahogo en mi propio mar
y descubro que la nostalgia jamàs volvera.
Con sedosidad las sabanas
me llenan de placer
y me abrazan para no ceder.
Pero la primavera a llegado,
llega el momento,
se aproxima la hora.
El sol advierte que es tiempo de crecer.
De puerto en puerto,
de ciudad en ciudad,
de ventana en ventana,
verè el sol por la mañana.
alejandra g. garza © 2009