Los renglones torcidos
y mi alma,
que si descalzos, que si astillados,
que si el hastío sin sazón
de los pecados.
Jugar a jugar
que se juega,
hacer trampa y empezar
la suspensión de un punto
hasta que crezca.
Fumar para tratar
de hacer silencio
y pellizcar en el viento
las palabras
que no alcanzan...