Tu recuerdo sigue aquí, tu última mirada me quebró el corazón,
No fue Cupido,
Ese analfabeta no apareció,
Fue una despedida, aunque somos de esos que jamás se
dicen Adiós…
Pues, me enseñaste que el amor puede sobrevivir en una
línea dela tierra hasta el cielo,
Como estrellas que no paran de llover,
Y aunque te pida que me des un día para que mi alma deje
de llorar,
Se que estás al otro lado, pues solo recordaré, aunque sea
poco,
No olvidaré los momentos en que bailamos,
Con las mañanitas del rey David y el farolito que cantamos,
Pues, yo no contaba con tu adiós,
Porque Somos más que un cuento que se acabó,
Al principio dije, ¿y como haré?
Me conformaré con un pedacito de tu querer
Y quizás algún día pueda sonreír como antes
A veces sueño con volar hasta allá,
Pero, ¿quien me enseña a aterrizar?
Por eso sigo aquí, charlando con el excelso…
Son tan buenos recuerdos, que te siento tan cerca…
Pero con la tristeza de no poder decirte
Ven a mi casa esta Navidad…
Robinson Alaña