LUNA DÉJAME ESTAR ESTA NOCHE CONTIGO
Mira que hermosa se ve la luna sobre los picos,
besa la noche con su piel de niño,
sobre ella hay un bosque de luciérnagas inquietas
y almohadas de algodón bajo sus pies,
su luz irradia dulzura en las pupilas tiernas de quien le mira
y hace que en paz se abracen con el viento las ramas.
Sobre el lago reposa…
desnuda y ya sin ropa se baña en sus vertientes,
desea verse bella, más luna y más serena,
quiere lavar su alma sumergida entre peces,
quizás nadar un rato en sus suaves corrientes
o en resplandor de plata deslizarse al poniente.
Mi alma se embeleza cuando la luna llega,
tiene imán en su centro pues me atrae a su calma,
a salir de mi adentro sin esperar el alba
y fundirme en su seno en la mañana clara.
Su rostro es como espejo dorado de pureza,
brilla sobre tinieblas simulando esperanza,
blanca es su sonrisa y sus manos son blancas
y acaricia las sombras dejando su fragancia.
Ante ti vive un mundo de seres que te anhelan,
que buscan su alimento bajo tu luz coqueta,
que hacen el amor, se miman y se aprietan
y encuentran el calor cuando el frío les quema.
Ante ti hay aullidos, hay ladridos, hay cantos,
bello gorjear de pájaros alegres celebrando,
hay bestias que se anidan metiéndose en su cueva
y otras que despiertan a empezar su faena.
Luna de mil poemas que escriben solitarios,
¡Oh luna de las penas, del meditar y el llanto!
misteriosa te ves cuando el cielo te encierra
en su infinito espacio para alumbrar la tierra.
Luna déjame estar esta noche contigo,
aunque cuando amanezca… ya tú no estés conmigo.