Escribo, escribo y escribo,
cuando se agolpan ideas
en mi mente y las describo
para que aquél que las lea
sienta también lo que siento
cuando escribo poesías,
muy llenas de sentimiento,
con tristezas y alegrías.
Puedo escribir a las aves,
a las lindas mariposas
a las caricias, tan suaves,
que recibo muy dichosa,
de un amor que me llegó,
cuando tenía soledad
y fue así que despertó
en mí, una bella realidad.
También a mi nieta escribo,
con amor y con ternura
cada vez que yo recibo,
de ella, toda su dulzura.
Yo le dedico a mis hijos
líneas llenas de cariño,
porque tuve el regocijo
de tener dos niños.
Aunque el mayor ya no está,
físicamente en la vida,
quiero que, donde él pueda estar,
llegue mi poesía querida.
A mi querido hijo, el menor
también, con mucho cariño
le escribo con todo amor,
porque es mi único niño,
que tengo para seguir,
luchando día tras días,
pues él calma mi sufrir,
y me llena de alegrías.
Así escribo a las estrellas,
a la luna, al sol brillante,
a esas noches, ¡tan bellas!
a la lluvia, fascinante,
que al caer, tan cristalina,
nos deja ver su esplendor
en esa bella cortina
de agua clara, con fulgor.
Le escribo al inmenso mar
con su azul añil, ¡precioso!
Las olas, que lo suelen adornar,
Lo hacen lucir majestuoso.
En fin que puedo expresar,
a través de mi poesía,
como es que yo puedo amar
la vida con alegría.
Vero
30.11.10