Cuando viví en la oscuridad
confundida y desorientada
vagando sin rumbo sin dirección
sentía mucho dolor y ya no
encontraba sentido a mi vida.
Cada día que pasaba me sentía
en un desierto con sed
de amar y ser amada.
Un cierto día me subí a una peña
muy alta y le reclame al
Universo en voz alta:
¿Por qué y para que he venido
a este mundo si solo tengo dolor
y jamás tuve Amor?
De pronto apareció de la nada
alguien en mi camino, y me dijo
en el oído muy despacito:
En lugar de gritar, cierra tus ojos,
concéntrate y empieza a mirar
en tu interior, para que encuentres
la mejor riqueza que te dejaron,
sin pensar lo hice, y mis ojos se
llenaron de lágrimas avergonzada
por mis reproches; porque descubrí
que en mi interior siempre hubo
una fuente de luz llena de agua
viva, que inmediatamente calmo
mi sed de amar e ilumino todo
mi ser para darle sentido a mi Vida.
Ahora sé porque y para que
estoy en este mundo.
Estoy aquí para calmar la sed a
muchas almas que viven vagando
confundidas y desorientadas
en la oscuridad y en el desierto
igual como vivía yo.