Apártate de la sombra del árbol estéril,
retírate del hogar vacío e indiferente,
abre las persianas y sin recelos
permite que ingrese la claridad del día
he ilumine tus guaridas sombrías
y ventile tu cama, tu piel, tu alma.
Se como el hacer, inoxidable, perdurable,
renuncia a lo prefabricado,
a las ironías estúpidas
a las excusas burlescas
a lo efímero y superficial,
no consientas que te rocen manos secas,
ni que te manoseen las farsas,
o que te lama permisivamente la vergüenza.
Mófate de los actos disimulados y embaucadores,
desecha lo ilógico sin cegarte por la razón,
no regreses a sitios eternos e inmutables,
olvida recuerdos detestables que te encadenan,
evalúa metas vagas e inalcanzables,
desplaza de tu vida la simpleza y facilismo,
no esquematices la existencia
con sellos, fórmulas o precios.
No más acciones infructuosas, circunstanciales
o propósitos sin techo,
siembra flores perfumadas y coloridas,
no escuches palabras que aborten tus sueños,
cambia tu tono de voz débil e inseguro
por uno musical, fuerte, sonoro, que deje eco,
no te guíes por la rigidez metódica,
ponte de pie, camina, corre, vuela, llénate de luz y fuego.
POR: ANA MARIA DELGADO P.