Ana Maria Delgado

REFLEJO DE UN ROSTRO EN EL AGUA

 

Apártate de la sombra del árbol estéril,

retírate del hogar vacío e indiferente,

abre las persianas y sin recelos

permite que ingrese la claridad del día

he ilumine tus guaridas sombrías

y ventile tu cama, tu piel, tu alma.

 

Se como el hacer, inoxidable, perdurable,

renuncia a lo prefabricado,

a las ironías estúpidas

a las excusas burlescas

a lo efímero y superficial,

no consientas que te rocen manos secas,

ni que te manoseen las farsas,

 o que te lama permisivamente la vergüenza.  

 

Mófate de los actos disimulados y embaucadores,

desecha lo ilógico sin cegarte por la razón,

no regreses a sitios eternos e inmutables,

olvida recuerdos detestables que te encadenan,

evalúa metas vagas e inalcanzables,

desplaza de tu vida la simpleza y facilismo,

no esquematices la existencia

con sellos, fórmulas o precios.

No más acciones infructuosas, circunstanciales

o propósitos sin techo,

siembra flores perfumadas y coloridas,

no escuches palabras que aborten tus sueños,

cambia tu tono de voz débil e inseguro

por uno musical, fuerte, sonoro, que deje eco,

no te guíes por la rigidez metódica,

ponte de pie, camina, corre, vuela, llénate de luz y fuego. 

 

POR: ANA MARIA DELGADO P.