Hoy abrí la puerta de mi cuarto. No sé que fue, pero de repente lo sentí extraño. No es que no me gusten los muebles ahí, pero pienso que un cambio en el acomodo vendría bien.
Comencé por la cama, el lugar donde duermo estaba ahí desde que recuerdo, supongo que recorrerla a un lado de la ventana sería adecuado, quizás le llegue un poco de luz y la brisa del viento.
El espejo... desde ese sitio me ha mostrado el mismo perfil, tengo ganas de ver que me enseña si lo muevo un poco a la derecha, a ver que nuevas curiosidades encuentro.
Al abrir el armario me topo con una caja, atada con un listón morado, son mis cartas y memorias, ¡el libro de mi pasado presente!, importante tenerlo en cuenta.
Uy, el tocador que empolvado está, necesita una limpiadita, me armo con plumero en mano y a darle una sacudida.
Echo un vistazo a mi alrededor, como que esos cuadros ya no me gustan, habrá que tomar fotografías recientes, dos que tres rollos serán suficientes.
Con el color de la pared también hay que hacer algo, me gusta el blanco para ampliar los horizontes, en el techo una luna creciente con un puño de estrellas a cada lado.
Creo que ha quedado listo, me gusta lo que veo, no gasté tanto en material, todo lo tenía adentro.
Anímese usted también y mueva su mobiliario, si tiene algunos problemas llame y podremos ayudarlo.
24 Jun 09 9:00 p.m.