De vuelta al camino del amor
es mi sendero,
vagabundeé errante
por las calles azulejas de los aguzantes
silbidos sin mirar,
ciego ante el amargo
recuerdo de mis labios en los tuyos
mi alma susurró y musitó las letras
de tu nombre,
las calles de mi destino
se nublaron con la gélida brisa de tu aliento
impidiendo ver las amarillas flores
del campo azul de tu siembra de estrellas
tanto recorrer, tan perdido y cansado,
tanto abismo entre mis ojos y los tuyos:
un desierto, un cielo, un beso…
la inmensidad del vocablo en tu boca
el aliento hecho suspiro y el lucero
campizal de ojos dormidos.
El agua ya no sacia tan bien la sed,
ni el alimento el hambre,
las sombras del olivo ya no escriben amores
ni cuentan los besos de enamorados,
es la marcha atrás, de vuelta al enigma
del labio pegado al labio
de la pupila dormida en la pupila
del cielo besando la nube,
y el enamorado cuestionando el arcano
del verso hecho beso y el beso silencio.