Mi niña sembró unas semillas de girasol,
detrás de la casa,
en el campo cerca del arroyo,
las sembró.
Es el mes de octubre primavera en el país,
empezó a llover y la tierra sediente
no paró de beber.
Despues de unos días
un tallito verde
se asoma, que maravilla!
Hola! dijo mi niña
bienvenida.
En su punta emerge un cotiledón
que va inchandose,
un par de hojas aparecen
ovaladas, muy ásperas.
Mi niña viena cada día a verlos crecer,
los habla con dulzura,
los acaricia,
los canta.
El tallito erecto, único
no tiene ramificaciones
sigue fortaleciendo
creciendo.
Y un día aparece
al extremo superior del tallo,
una corolla de oro,
pétalos de color amarillo intenso,
la flor de girasol.
De una belleza única,
se balancea siguiendo el sol
como una enamorada,
gozando de su caricias
llenas de calor de amor.
Merche DemBar