¡ Si ! - ¿Qué casualidad no?
eso que me contaste de encontrar algo sin desearlo,
¿Qué se puede encontrar si no se busca nada? .
-Me dijiste eso,.. Eso fue,.....
Como tal vez se encuentra una moneda nueva,
brillante en el suelo y a tu paso,
-¿Quién no la recogería? ,
¿Quién no?..........
mas allá de tener un espíritu de filantropía,
siempre sirve para algo, claro que si,...
siempre sirve para algo,.....
¡Así me encontraste a mi!.
Lo sé, sucedió no estaba propuesto,...
pero a esa monedita brillante,
no la pusiste en el bolsillito de tu chaqueta,
sin querer.... la colocaste en la alcancía de tu corazón.
¡Y para males!, tu alcancía es de las que venían antes,
si quieres lo que tiene adentro,
hay que romper, no te queda otra.
Bueno.....-Aquí estamos,
en un rinconcito de el. ......
esperando que me habrás la ventanita de la esperanza.......
esa que poniéndome en puntitas de pies,
me deja ver los reflejos mas profundos de tu alma.
¿Alma? ¿Qué es el alma?-
Se dice, que es un principio vital,
parte inmaterial e invisible de los hombres,
una sustancia, algo que puede existir por si mismo,
sin depender de nada, característica esencial de cada persona.
Por eso desde aquí no necesito imaginarla,
la puedo ver y tal vez “tocar.”
¿Sabes qué?......
desde aquí yo he caído en un proceso de secularización de mi ser,
lo sagrado en mi,
ha cedido frente a lo profano,
dando paso a las irrefrenables ansias de mis sentidos,
en una mundanización descontrolada,
de los deseos de la carne,
estoy preso en tu interior.
Tu alma como cosa de existencia pura,
me lleva a realidades supra-sencibles,
mas allá de los procesos de la razón humana.
Y caigo en una idealización de ti,
donde todo lo que me dices es absoluta verdad,
con características de omnisciencia divina.
Ya no tengo vida propia,
si no te escucho respirar...., convulsiono al instante,
frente a una eminente muerte de dependencia total.
El vivir en tu interior,.....
el saber mas sobre la indivisible expresión,
de tu cuerpo, espíritu y alma no me ha dado ventajas,......
solo me ha dado la posibilidad de poder morir,
en el lugar que más deseo hacerlo,
detrás de los barrotes de tu corazón,
en la prisión de tu amor.
L . Mont