Hemos llegado a la edad
en la que vemos desfilar
nuestros años de mocedad,
con nostalgia y cansado andar.
Nuestras sienes hoy se pintan
como la espuma del mar,
múltiples líneas se dibujan
cada año en lento avanzar.
Nuestra experiencia es vasta
eso no lo deben olvidar,
aunque nuestros pies se arrastran
y se nuble nuestro mirar.
Tenemos en el corazón
pasión de la juventud,
sabiduría y la razón
de haber vivido a plenitud.
En este largo caminar
aprendimos las lecciones,
para transmitir y amar…
a las nuevas generaciones.