Perdida en las tinieblas voy rondando sin rumbo
no veo la salida, los ojos se cubren de niebla,
tengo miedo de caer y no poder volver al punto.
Velos opacos y densos me rodean
me aprietan, me ahogan sin piedad,
quiero gritar, me han sellado la boca.
Los poros gotean sus últimos rastros de vida,
no quiero morir, lágrimas de sangre
corren hacia el río, queman, hieren.
Entre las tinieblas percibo tu cara
los rasgos grabados en mi retina
como dibujos de cuentos arcanos.
Grito tu nombre que explota en mi pecho
en espirales de luceros bailando seguidillas
despacio me conduce hacia la luz.
Allí me esperas sonriente
las pupilas agradecidas
alegres relucientes, los brazos tendidos.
Te toco, te palpo no es una ilusión!
No es un espejismo me dices
soy yo el que te adora, quien esperas.
La dulce y cálida luz de tus ojos,
el cálido aprieto de tus brazos,
el sutil roce de tus labios
todo me dice que eres tú.
Juntos seguimos bebiendo
del manantial inagotable del amor compartito,
néctar sublime de nuestro edén.
Merche DemBar
17.12.10