á.
La noche está oscura y en el cielo está brillando.
Una estrella perfecta, nos está iluminando.
En el pueblo, todos duermen sin imaginar.
Que en el mundo muy pronto un rey nacerá.
De puerta en puerta, pidiendo posada,
para una mujer, que está embarazada.
Por favor os pido tened corazón.
El frío es inclemente y ella está cansada.
Nobles peregrinos, yo no tengo cama,
os ofrezco un vacio establo y un poco de paja.
Eso está bien, mi buen samaritano
que Dios lo bendiga, por darnos la mano.
La hora ha llegado, para la bendecida
de su vientre bendito, nuestro señor nacía.
Su marido es José y su madre María.
Jesús ha de llamarse, el que el mundo salvaría.
El rey de reyes nació, en un establo miserable,
así nos muestra el Señor la humildad de su linaje.