Tiempos aquellos, en donde espada y escudo
Erase de un honor poseerlos
Montando finos caballos, e íntimos compañeros.
Atravesando planos y montes, todos unidos,
Por solo un propósito mutuo.
Donde el aliento, era más duradero en torno a su corazón.
Donde no contaba el valor. Sino el sentimiento.
Donde doblegarse no era palabra de la razón
Donde lo mágico era real, y lo real era mágico
Tiempos aquellos, donde se olían colores y los colores se sentían
Donde el límite no tiene limite
Donde el tiempo era vida, y la vida no tenía tiempo
Donde princesas tenían su príncipe, y
El bien triunfaba sobre el mal
Quien tuviese una forma de hallar aquel tiempo,
Aquel tiempo era
In reemplazable como inimaginable
Que poder decir de a allí que,
Que esto lo define todo (....)