¡ Universo mío. Territorio de mujer ¡
Por el campo de los abrojos en ti la tierra ríe.
El átomo diminuto de la especie se disipa..
Entre las piedras y los mares, al rayo del clavel y la violeta,
donde la ola, en cúspide de mar, tuerce al viento.
Y en la burbuja de la espuma explota, y trae,
al corazón del invierno, tras el desnudo otoño.
El aire respira en tus pulmones y la brisa se inclina a tu lado.
Recuesta el tobogán de tus hombros y tu brazo muestra el lado afable
¡ Son escasas mis palabras, y ya no son mías ¡
Invadiste mi mundo. Mi pluma es solo eco de tu mano.
Mano por la que desciende el vino y se paladea la uva, y
El pulso percibe el campo níveo de algodón.
¡ Tierra mia. Atlas de blancura ¡
Es cierto que la soledad se apaga a tu compañía.
¿ Donde estará oculto el libro de tus genes ¿
El capitulo secreto de tu creación.
Te puebla el sonido de campanas en repique,
el tiempo madura en tus sienes, y se hace al momento de la espiga.
La tempestad gigante de tus ojos, sesga del prado la maleza.
¡ Invádeme con el filo de guadaña, de tu boca arrasadora ¡
Al cerrar la noche, inquiéreme con tus ojos pardos.
Márcame con tu bitácora el viaje, y de la brújula la ruta,
y déjeme navegar la esfinge de tu pupila,
hasta que el velo oscuro trepe a la estrella del pétalo, y
la cima de tu pelo rocíe savia de tulipán.
¡ Invádeme hasta la sombra infinita ¡
¡ No dejes un solo rayo de luz encendido ¡