ALVARO J. MARQUEZ

MUERTE VERDADERA

"Empezó otro día, otro mes/y el año casi a la mitad transcurrido/ y yo aquí, regañando al corazón, ya ves,/ por no aceptar tu olvido".

 

Has vivido siempre tan despistada,

Sin siquiera sospechar nunca nada

De lo que ahora te voy a decir…

A pesar de todo lo pasado,

Aun cuando sé que sólo a tu lado

Fue cuando aprendí a vivir.

 

Sin embargo, hay algo que ignoras

Y sonríes tal vez a estas horas

precisamente por no saberlo…

Sé bien que el olvido nos hiere,

Que quisimos morir, pero nadie muere

Tan sólo por quererlo.

 

Debes saber que hasta la muerte,

Aunque esté decidida tu suerte,

Sólo llega cuando ha de llegar…

Pero a veces nadie deduce

Que la verdadera muerte se produce

Cuando logras olvidar.

 

Literalmente se le roba la vida

A aquel a quien se olvida,

Porque ha muerto en tu memoria.

No queda nada de lo vivido

Y es entonces el olvido

Quien de verdad escribe la historia.

 

Si no me recuerdas no vivo,

Aunque estoy aquí y escribo

Pero en tu mente estoy muerto.

Cosas tristes he visto,

Como que creas que existo

Y resulte no ser cierto.

 

Eso pasa ahora conmigo,

Con el que fue tu amigo

Y luego tanto te amó…

Así son las cosas, querida;

Tu amor me dio la vida

Y tu olvido me mató.

 

En verdad no vivo hoy

Si ya en tus sueños no estoy

Amándote como ayer…

Es una muerte deprimente

Cuando no hay en tu mente

Residuos de mi querer.

 

Puedes creer que estoy loco,

Que todos morimos de a poco,

Que eso para todos es igual,

Pero fíjate que estoy cuerdo

Y te digo que el recuerdo

Es lo que te hace inmortal.

 

Nunca muere quien es recordado,

Jamás se borra su pasado

Y permanecen sus huellas…

Que se marcan hasta el derroche,

Cuando pides cada noche

Que te hablen de él las estrellas.

 

Pero esa no ha sido mi verdad,

No pasé a la inmortalidad,

Al menos, sé que no para ti.

Supe que hasta casada estuviste

Y que al final, con otro tuviste

Los hijos que te pedí…

 

Increíble hablar de muerte,

Cuando de tanto quererte

Fue que esta historia nació.

Pero así son las cosas, querida;

Tu amor me dio la vida

Y tu olvido… me la robó.