J. L. E
Siento extraviado mi amor,
sometido a lugares desconocidos,
colgando de un cielo pálido, ausente, complejo,
arrastrado hacia un rincón: entre polvo y olvido.
Llevado por regimientos melancólicos,
entre conspiradores de miserable silencio y el golpe,
el llanto y la crítica hacia el negro túnel de la vida misma
Herida mi fe quizás de muerte.
En desamparadas pasiones y besos solos el sueño
cayó abandonado en mis manos que como viento confuso
y atroz arrastra el sentimiento a lo desolado.
Ahora el llanto empaña mi amor,
corroído por el aire o desnudo en el día,
intentando rescatar lo que después de ti
quedo en mi realidad: ente polvo y olvido
Siento el amor muy extraviado:
ciego, solitario, opaco, callado.
Indefenso ante las horas ausentes que como cruz negra
me marcan el tiempo: entre polvo y olvido.
Estoy abandonado frente al cruel rayo de la culpa,
vendido al mejor postor, inmóvil, lleno de sombras,
sentimientos que se quiebran
y entre ellos los restos del amor que alguna vez sentí:
entre polvo y olvido.