ninfadora
ENTRE TELAS
ENTRE TELAS
El sol ha muerto,
La luna ha vuelto a nacer,
Y se ha quedado en el trono del cielo nocturno,
Como la gran emperatriz de la noche
Dejando escapar de su virgen figura,
Un tímido rayo que alumbra sublime,
El cristal humedecido de la vieja portilla.
En esta estancia vacía con solo unos linos al suelo,
Cubriéndonos la piel,
Y una vela derretida casia pagada,
Alumbrando nuestra desnudez
Fuimos hombre y mujer
Que nos consumimos uno al otro,
Nos poseímos sin miedo.
Te apoderaste de mí y me esclavizaste a tu cuerpo,
En aquellas horas del día,
Cuando el sol era el amo del firmamento
Y sus rayos iluminaban poderosos,
Nuestro sexo, nuestra vida
Mientras nos bebimos la lujuria
De un arte completo.
Dominaste mis instintos y doblegaste mi alma,
En el abanico de estos lienzos,
Aun húmedos de ti de mí
Cuando en esos momentos matutinos
Jugamos con el hedonismo,
Nos burlamos de la soledad.
Sometiste mis labios con tu beso tirano,
Que subyugo mi carne, poderoso
En aquellos minutos interminables de deseo,
Pasión y locura desmedida
Cuando bebimos el placer;
Y nos fundimos en el erotismo a manos llenas.
Fue tu cuerpo mi delicia enajenante,
Tu aliento mi suplicio y delirio,
En esos instantes de sensualidad absoluta
Cuando hiciste de mi piel y de mi cuerpo
Tu frenesí y éxtasis profundo.
Fuimos todo en esas horas, en esos minutos
De sol y aurora, de tarde y crepúsculo
Cuando y ibas y venias,
Entrabas erecto firme y exquisito,
Dentro de mí poseyendo mis adentros.
Me aprisionaste en tus brazos,
Me sedujiste por completo,
Encadenándome a ti en el orgasmo más intenso;
Me llevaste a la hipnosis sublime
Del idilio y el placer eterno
En esos instantes perpetuos,
De enajenación y sensualidad prohibida
Entre los paños en este húmedo piso,
Con la luz sutil de una vela,
Y la luna contemplándonos desde el cielo,
Acariciándonos celosa con su brillo virgen,
Detrás del cristal mojado por nosotros,
Por la lluvia de dos cuerpos en amor bañados
Me hiciste tuya, tanto como fuiste mío
Me entregas te tu vida, como yo te di la mía;
Llegaste hasta mi fondo
Me estremeciste, me robaste el alma entera
Entre estas sedas
Entre telas.