¿Por qué venís a mí llorando?
¿Acaso no te dije que te amo?
¿Por qué venís a mí rogando?
¿Acaso no te dije que te extraño?
¿Mujer dudáis de mí?
¿Acaso tendréis otro en la mira?
Dímelo directo a mí,
Antes que huyas con cualquiera.
Me decís que me amas,
¿Por qué entonces hay desconfianza
Cuando caminas y cuando vas?
¿Acaso quieres que te firme una carta fianza?
¿Por qué dudáis mujer?
Si te soy fiel como el gorrión,
O como el cisne al nacer,
Y te amo con todo el corazón.
Entiende mujer y dímelo,
¿Cómo te demuestro mi amor?
Por favor, dímelo, sí dímelo,
Aunque me cause mucho dolor.
Este amor loco y apasionado,
Lo llevo en el alma sin dudar,
Pues de ti mujer, estoy enamorado,
Que ningún mortal así te puede amar.
Te bajaré las estrellas y la luna,
O quizá la brisa suave del mar,
O traerte una magia cual ninguna,
O quizá llevarte a un viaje lunar.
Tal vez cantarte una canción,
En medio de la tormenta del mar,
O quizá donarte mi corazón,
O tal vez ir a un planeta a conquistar.
Pues dímelo pronto mujer,
Pues con el paso de tu andar,
Se puede acabar mi querer,
Y luego lo vas a lamentar.
¿Qué será mañana de los dos?
Yo no sé en dónde vamos a estar,
Quizá bien enamorados los dos,
O tal vez decir que fue un malestar.
Simplemente es una rutina sin parar,
Que construimos cada día sin razón,
Deberíamos más seguido platicar,
De nosotros dos y de nuestra relación.
Un te amo no es suficiente en el amor
Se construye como la arena en el desierto,
Pues decidamos aunque cause dolor,
A realizar nuestro propio concierto.
Malestar o no, atiende a mi petición
No solo porque eres la mujer que amo,
Sino que también hagas hoy tu decisión,
Pues hoy no te he traído algún ramo,
Y la decisión he tomado sin parar
Que aunque me nuble el dolor,
Te dejo en paz mujer y de tu amar,
A pesar que eres mi gran amor.