Por la calle de tus dudas,
pasean mis pensamientos,
esperando a que tú vuelvas,
a que regreses de nuevo
al camino de mi mano,
sin temores y sin miedos.
No tengas miedo a quererme,
que el amor es siempre bueno…
y tienes tanto que dar…
no te lo guardes adentro.
¿Qué me puedes ofrecer?
Tu corazón… de momento,
tus anhelos y problemas,
tus sensaciones y sueños,
lo que piensas, lo que sientes…
transfórmalos en deseos
que alimenten nuestro amor
y así… seguirá creciendo.
Y haremos nuestros altos…
de amarnos desde tan lejos…
Juntaremos nuestras almas
y uniremos nuestros cuerpos
para sentir lo que somos
para vivir nuestros sueños
que despiertos o dormidos
siempre mereció tenerlos.
Y llegará un día sí…
en que aparezca el momento
de unirnos para siempre
en un convivir eterno.