Ya no hay prisas en mi vida, pues el tiempo se ha parado…
Se ha clavado en el presente, para vivirlo con calma,
Para soñarlo contigo, disfrutando del paisaje,
que dibujan nuestras vidas, al calor de tu mirada.
He desnudado mi yo… para que tú lo comprendas,
y que veas que estoy hecho de sentimientos que emanan
de mis raíces profundas, de mi sentir expectante,
y del calor que desprende todo lo que anida en mi alma.
Sin urgencias y sin prisas –necesidades vencidas-
caminaré de tu mano, abrochándome a la calma,
que me transmiten tus ojos, transparentes como el agua,
para seguirte los pasos, respondiéndote palabras
que el viento nos ha tornado, con sus aromas de brisa,
y que hoy se nos convierten en los ecos de plegarias
de rosarios de piropos, de detalles que iluminan
el sendero que elegimos, como una enorme calzada,
donde vivamos la vida, compartiendo nuestras cosas,
nuestras cuitas escondidas y la sed de nuestras almas.