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Finas gotas lloran desde el cielo,
son lágrimas heladas que caen
como una cortinilla alegre
en este humano diciembre.
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Salgo a recibirlas y dejo
que acaricien mis cálidas manos
y se funden en la yema de mis dedos
al calor del crisol de mis adentros.
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Llueven lágrimas de Navidad,
remueven tibios sentimientos,
y evocan aquel frío Nacimiento
en esta noche de mentira y verdad.
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Vivo el festejo y sobretodo pienso,
y me rebelo contra el lobo insolidario;
fluyen en mi, frías notas de silencio,
y me uno al cordero pobre y solitario.
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Manan gotas de alerta desde el cielo,
las acojo con mis palmas abiertas
y humildemente las convierto
en calor que otras manos aprieta.
* * *
Notas llueven desde el firmamento,
lágrimas dulces de cada Navidad;
sones de amor, los que yo más quiero,
en esta noche preñada de paz.
6 de Diciembre de 2010
Pau Fleta