Enlutadas las flores lloran
en el jardín del recuerdo.
A lo lejos repica el campanario
llamando a los peregrinos,
viajeros de fé.
Llueven lágrimas sobre mi pecho,
el corazón susurra y palpita
extrañando.
Pasaron como cometas fugaces,
centellantes ofrecieron su ser,
iluminando los días.
Extraño a ellos.
A los amigos que,
ya no estan.
luz teresa maldonado folkerts